“Stake Land” nos plantea una situación de Apocalipsis vampírico sin solución, al estilo de lo que ocurría en “Zombiland” con los zombies pero sin humor, más bien en la linea de "The Road". Tratamos con vampiros al estilo depredador animal. No humanos con cierto gusto por la sangre, sino más bien infectados que se convierten en animales depredadores sin sentimientos, ni restos de personalidad humana.
Empezamos con el desastre recién comenzado y la infección propagándose y así es como conocemos a Martin (Connor Paolo) y a su familia, que se disponen a abandonar su casa y a huir de lo que en efecto es un Apocalipsis vampírico sin control. Un vampiro ataca y mata a los padres de Martin, y ahí es donde conoce a “Mister” (Nick Damici) quien parece que estaba persiguiendo al vampiro. Empezamos fuerte con el tema y sin escatimar en crudeza al haber un bebe de por medio que sirve de postre.
A partir de este comienzo tan perfecto, tendremos a nuestros protagonistas y su camino hacia el norte. Mister ira enseñando a Martin todo lo necesario para acabar efectivamente con las diferentes variantes de vampiros, le fabricara un par de estacas que siempre llevara colgando de los brazos en sendas cartucheras e ira creando un vínculo con el chaval mientras cruzan lo que queda de los estados unidos como buenamente pueden.
En ese viaje se cruzan con una monja (Kelly McGillis) una chica embarazada y por un ex militar en su búsqueda de climas fríos.
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