Año de producción: 2001
País: Alemania, EE.UU., Italia
Dirección: Bill Paxton
Intérpretes: Bill Paxton, Matthew McConaughey.
Una noche se presenta un tipo en la oficina del agente del FBI que se encarga del caso del asesino de "La mano de Dios", diciendo que su hermano (que hacia poco se habia suicidado) era tal asesino, al que contagió su locura un padre desquiciado (decía haber sido elegido por Dios para eliminar a los demonios que andan sueltos por el mundo, nada menos). Para explicarselo al policía se remonta a la infancia de los dos, cuando vivían solos con su padre y llevaban una vida tranquila, hasta que su progenitor recibe una "misión divina". El relato continúa, y en él van a aparecer un hacha, un sótano oscuro, y unas cuantas tumbas, siguiendo la línea de los mejores clásicos en que se inspira la película.
El actor Bill Paxton se pone delante y detrás de la cámara para contar una historia sorprendente, sobre todo en su inesperado final. Aunque se repite un tanto a la hora de contar los horripilantes asesinatos que pueblan el film, el interesante estudio de personajes (sobre todo el narrador) y la combinación de música y fotografía (crean la necesaria atmósfera) hacen que Escalofrío no defraude. La excelente dirección de actores, todos espléndidos, en especial Mathew O'Leary, el joven Fenton, que acertadamente conjuga, desconfianza, temor, entereza e ingenuidad a su torturado personaje; pero también el propio Paxton, que consigue humanizar al monstruo que ha creado, sobre todo cuando muestra el temor a poner las manos desnudas en los demonios que elimina…
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