En un futuro, los Estados Unidos sufren un gobierno dictatorial con extraños tintes entre nazis y comunistas. El país se entretiene a modo de coliseo romano celebrando una carrera anual con 5 pilotos de la muerte por diferentes estados, la carrera no trata unicamente de ganarla, sino de conseguir puntos atropellando gente.
Frankenstein (David Carradine), el corredor que más veces ha ganado la carrera, cubierto de cicatrices y hecho a partir de pedazos, piezas y recambios varios (al menos en apariencia, porque luego descubrimos que esto es un truco para crear su personaje), tiene un plan que llevará a destronar al Presidente y subir él en su lugar, para ello, a través de su participación en la carrera, irá elevando su imagen entre los televidentes, se enfrentará a la resistencia que lo ve como un icono del gobierno opresor, se enamorará, ridiculizará a su adversario Joe Metralleta Viterbo (Stallone)… y atropellará y matará a un montón de gente
Con un notable elenco de tipos duros, donde se destacan Silvester Stallone y David Carradine, este film nos transporta hacia una siniestra masacre , de la que no se salvarán ni siquiera los niños.
Quizás el único defecto, sea que hay demasiadas pretenciones desde los témas que el director quiere abarcar, por momentos hay críticas a los medios de comunicación, al gobierno, a la moral de los ciudadanos y a la iglesia. Todo esto sumado con una carrera que da puntaje por cada ciudadano muerto, una lucha entre la resistencia al gobierno que planea atentados y una historia de amor. Todo contado en menos de '80.
La película, vista a ojos de un espectador actual, resulta ingenua y falsa, pero en el momento de su estreno nadie se había atrevido a lanzar la historia de una carrera en la que se ganan más puntos cuantos más atropellos lleves a cabo. No obstante, se trataba, principalmente de una distopía política, así que se hizo un hueco en muchos cines independientes y logró suficiente fama como para que se acabara por convertir en una película de culto. Al año siguiente de su estreno se lanzó Death Race (Exidy, 1976), el primer videojuego que creo controversias entre los más conservadores que lo acusaban de violento, y los jóvenes que estaban deseando jugarlo. El videojuego, por supuesto, estaba inspirado por la película y arrastró a muchos de los que ya se habían quejado de la violencia de la película
Esta pelicula tiene un remake. DEATH RACE (La carrera de la Muerte) película americana dirigida por Paul W. S. Anderson. El guión fue escrito por J.F. Lawton. Fue protagonizada por Jason Statham
Si un recluso gana cinco carreras, se habrá ganado la libertad, por supuesto, y uno de ellos está a punto de conseguirlo cuando es brutalmente asesinado segundos antes de cruzar la línea de meta.
La dirección de la prisión, ha optado por no cerrar su mayor fuente de ingresos, el corredor que acaban de matar, desconocido su rostro por llevar una máscara que cubre sus horrorosas cicatrices y que respondía al nombre de Frankenstein.
Así que, le buscan un sustituto para que siga corriendo, a ver si consigue llegar a alcanzar su libertad y los espectadores sueltan más dinero.
Ése sustituto, interpretado por Jason Statham, es un antiguo corredor de coches que se ha ganado la vida honradamente en una fábrica hasta que esta ha sido clausurada por la crisis económica e intenta salir adelante con su familia
La alcaidesa de Terminal Island le obliga a ponerse la máscara de Frankenstein, y le da dos opciones: competir o pudrirse en una celda.
Con el rostro escondido detrás de la máscara metálica, el preso deberá sobrevivir a los tres días más terribles de su vida, enfrentarse a los peores criminales del país, a bordo de un monstruoso vehículo (Ford Mustang GT) equipado con ametralladoras, lanzallamas y lanzagranadas como armas de ataque, y como armas de defensa esta equipado con humo, napalm, aceite y una plachuela de acero de 15 Cm. a la que llaman "La Lapida"
Alguna diferencia hay entre una versión y la otra:
Precuela que narra el origen del temerario conductor de carreras “Frankenstein” en una prisión de máxima seguridad
Carl Lukas “Luke” es un piloto experto en realizar escapes de la policía que trabaja para Markus Kane (protagonizado por Sean Bean). Pero luego de un asalto que termina en la muerte de algunos oficiales y una peligrosa persecución en medio de la ciudad, Luke es atrapado por la ley y llevado a la prisión “Terminal Island” donde no solo deberá sobrevivir a varios intentos de asesinato, sino además participar en peleas Death Mach (las cuales son televisadas), todo va “bien” hasta que el público se comienza a aburrir, es cuando se busca una forma nueva de entretenimiento más brutal, las carreras a muerte.
Con la participación de actores como Danny Trejo, Luke Goss, Ving Rhames y el mencionado Sean Bean, la cinta a pesar de salir directamente en formato físico (uno pensaría que esto es una mala señal) cuenta con un buen presupuesto que no solo es reflejado en el reparto, sino además en la buena fotografía y en las escenas de acción (más variadas y extensas), en esta ocasión las persecuciones también son en ciudad y todo lo que esto conlleva, los autos son igual de espectaculares y se muestran varios momentos en cámara lenta para “apreciar mejor la destrucción” en medio de flamas, disparos y saltos acrobáticos.
Las actuaciones son regularmente buenas (no esperen una obra de arte) y la historia sin duda es más completa (al presentar un amplio panorama de lo que sucede) y claro, dramática, después de todo somos testigos de un “accidente” mortal del que nacerá el primer Frankenstein, un piloto que mas tarde se transformará en el ícono de Death Race.
No hay comentarios:
Publicar un comentario