Las películas navideñas, en su mayoría, suelen ser más repulsivas que todo el equipo de La noria dando una conferencia sobre ética periodística. Llenas de absurdeces, simplicidades, finales asquerosamente felices, niños repelentes y Tim Allen, resultan perfectas para antes de pegarse un tiro. Sin embargo, entre tanta bazofia aún asoman pequeñas luces de esperanza. Es el caso de Bad Santa, una obra imperdible para todos aquellos de espíritu perversamente navideño.
Dirigida por el genial Terry Zwigoff (Ghost World), producida por los Coen y protagonizada por Billy Bob Thornton (Sling Blade, Levity, Love Actually), la cinta narra la historia del desgraciado Willie Stokes, máxima representación de la escoria social, que cada Navidad se viste de Santa Claus junto con un hombre enano que hace de elfo (Tony Cox) para robar en un centro comercial. Willie es lo más borracho, malhablado, desagradable, guarro, vulgar, machista, fucker de todo lo que se mueva e inhumano que se pueda encontrar en el mundo.
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