Pero que sucedería si existiese una especie mejor adaptada que el hombre a este tipo de cacería? Una especie que como el ser humano o la hiena no distinguiese entre sus presas, que devorase por igual a los fuertes o a los débiles. Una criatura incansable, que persiguiese de forma continua a su objetivo, de forma paciente y constante, con la seguridad absoluta de que solo es cuestión de tiempo el que consiga alcanzarlo.
Un ser mejor adaptado a ese tipo de caza, que no consume energía porque no está vivo, que no distrae su pensamiento en otros asuntos. Una mente totalmente enfocada a una misión clara y concisa. Qué no siente miedo ni dolor lo que limitaría su eficacia, solo hambre y furia, que guía cada uno de sus movimientos.
Una especie así se convertiría rápidamente en dominante, en un nuevo paso evolutivo que dominaría la Tierra, serían los sucesores del ser humano en la cima de la pirámide, la culminación de un proceso que comenzó con la aparición de la vida sobre la Tierra. Una nueva era en el mundo y el fin de la humanidad.
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