Durante los 70 y 80, la represión sexual impuesta por los rígidos principios de la iglesia católica, el rol de sumisión que la mujer ostenta frente al poder absoluto del hombre dentro de la jerarquía eclesiástica, y los conflictos puramente religiosos; eran el caldo de cultivo perfecto para mostrar a bellas, inocentes y jovencísimas monjas, protagonizando un despliegue de prácticas sexuales (con especial énfasis en el lesbianismo y la imaginería sadomasoquista/católica) llamadas a atraer al lado más morboso y libinidoso del espectador de la época.
Algunos de los títulos más memorables del Nunsploitation son: Los Diablos (Ken Russell, 1971), Satánico pandemonium (del portugués mexicano Gilberto Martinez Solares, 1975. Su título dió nombre al memorable personaje de Salma Hayek en “Abierto hasta el amanecer”. También se la conoce como “La Sexorcista”), Killer Nun (Giulio Berruti), o las aportaciones del inefable Joe D’Amato, Immagini di un convento (1979) y La Monaca del peccato (1986). Tratándose de un subgénero de explotación, no sorprende en absoluto - todo lo contrario – la importante aportación italiana.
Nude nuns with big guns obtuvo el premio al mejor exploitation en el Arizona Underground Film Festival
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