La película trata acerca de una estrella del porno semi-retirada llamada Milos, el cual tiene una hermosa esposa y un hijo, aunque por desgracia parece tener algunos problemas económicos. Una actriz porno llamada Layla le habla sobre un visionario director llamado Vukmir, el cual le promete una gran cantidad de dinero a cambio de una película porno innovadora. Aunque poco interesado, debido a los problemas financieros Milos acepta el trabajo sin saber lo que Vukmir pretende realmente.
Milosh tiene dudas después de la primera sesión, pero necesita el dinero, se encuentra en una especie de encrujicada vital que le obliga a elegir entre sus sospechas de que en casa de Vukmir pasa algo muy feo, y la necesidad de recuperar su status de leyenda del porno. Pero realmente no tiene muchas opciones, sin que el lo sepa le están drogando. La espiral comienza a cobrar vida y antes de que sepa lo que realmente está pasando, está sumergido hasta lo más profundo en la mente enferma de Vukmir y se convierte en testigo y partícipe de sus depravaciones.
Indudablemente hay algunas secuencias de la película realmente desagradables, que sólo con contarlas ya revolverían el estómago de cualquier ser humano, hasta de aquellos que realizan prácticas sadomasoquistas, pero en “A Serbian Film” no hay ningún tipo de confusión con respecto a lo que está bien y lo que está mal. Ni un mínimo atisbo de estimulación al espectador para incitarle a poner en práctica alguna de las acciones que se muestran en pantalla. Srdjan Spasojevic deja perfectamente claro que todo lo que sucede en su película es una absoluta abominación
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