Jon Wright nos pinta un escenario bastante prometedor para esta película. En una de las pequeñas islas de Irlanda en la costa de Erin Island, un lugar donde no suele pasar nada, un pueblo pequeño lleva su vida normal como todos los días, trabajando tranqulamente durante el día y emborrachandose en el pub por la noche. Pero lo que no saben es que están por recibir una visita un poco inusual de unas criaturas del mundo exterior.
Extrañas cosas empiezan a pasar, como decenas de ballenas muertas en las costas de la isla y personas desaparecidas. Un pescador local, captura una especie de pulpo agresivo. Después de llevar el bicho al profesional más capacitado de la isla para su revisión, el Dr. Adam Smith (Russell Tovey), ecólogo marino, determinan que estas criaturas necesitan de dos cosas para sobrevivir: agua y sangre... El mejor refugio que encontraran, como no, es el bar.
Una isla pequeña, todos sus pobladores borrachos, ningún arma a mano, y solo una pequeña idea de cómo combatir estas criaturas, ¿Qué más puede salir mal?
Una pelicula sin pretensiones, pero sin fallos molestos, ideal para pasar un rato entretenido y echar unas risas.
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