Charlie brewster (William ragsdale) es un fan del cine de terror clasico, una noche mientras observa por la ventana, ve como dos hombres transportan lo que parece ser un ataud, aunque su novia (Amanda bearse) no da credito de lo que cuenta. Tendra entonces que contratar a peter vincent (Roddy macdowel) un actor de peliculas de terror, para demostrarle a peter que su vecino no es ningun vampiro, al menos eso es lo que creen porque cuando llegan a esa casa descubren que lo que creeian estaba muy lejos de ser la verdad...
Animada por el éxito de Noche de miedo (1985), esta secuela de 1988 dirigida por Tommy Lee Wallace intentó repetir la fórmula de su predecesora volviendo a sacar una historia de terror con vampiros de por medio y un tono fuertemente inclinado hacia la comedia, aunque prescindiendo esta vez del contenido metaficcional del que hacía gala la primera parte. De hecho, Noche de miedo 2 (1988) puede ser considerada una película de vampiros un tanto más convencional, en la que las principales innovaciones vienen de revertir las situaciones dramáticas que daban pie a la primera película; ahora es Charlie Brewster quien se ve acosado y seducido por una vampira llamada Regine quien está lentamente convirtiéndole en un chupasangre, y es su chica quien recluta al presentador televisivo Peter Vincent para salvar su cuello y su vida. En muchos sentidos, el argumento es una versión un tanto más "seria" de Once Bitten (1985), conocida en España como Mordiscos peligrosos, aquella entrañable comedia de vampiros con un entonces desconocido Jim Carrey.
No es esta la única forma en la que Noche de miedo 2 da la vuelta a aquello que veíamos en la primera parte y la referencia: la credulidad de los personajes también se ha visto invertida, ya que es ahora Peter Vincent quién cree desde el principio en el regreso de las criaturas de la noche, mientras que Charlie, que ha pasado los últimos tres años en terapia psiquiátrica, se muestra escéptico y ansioso por aferrarse al mundo racional y dejar atrás sus pesadillas. A lo largo de la película, sin embargo, los roles de escéptico y creyente llegan a intercambiarse tan a menudo que toda la cosa parece un chiste bastante pobre. En general hay demasiados momentos similares (por no decir idénticos) a la primera Noche de miedo, por lo que se nota una dependencia excesiva en el éxito de la original.
Remake de la primera entrega, no está mal, pero tampoco es gran cosa. La fórmula de repetir un éxito del pasado no siempre llega a buen puerto, como se demuestra en este filme, que pierde por completo la frescura y originalidad de su antecesor, convirtiéndose en una película más de terror adolescente, típica del siglo XXI.
Utilizar el mismo argumento más de un cuarto de siglo después, sin la debida adaptación, es un error grave. No basta con poner decorados actuales, ambientar la historia en Las Vegas y portar con móviles e internet a todos los caracteres. Hay que renovar el argumento, ya que lo que hacía gracia o causaba miedo hace un cuarto de siglo, ha variado de manera sustancial hoy en día.
Tampoco es de recibo que la parte cómica, elemento esencial del filme de 1985, haya quedado reducida en esta nueva versión a su mínima expresión. El argumento se ha simplificado de manera excesiva. La historia de un chico que descubría que su vecino era un vampiro, pero a quien nadie creía, resultaba muy interesante. Aquí el guión apenas dedica metraje a toda esa parte, al estar mucho más interesado en sangre y mordiscos vampíricos, que en tensión, suspense y humor.
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